- Busca un lugar tranquilo, y observa detenidamente tu mandala, concéntrate en el.
- Puedes elegir los colores a utilizar o simplemente dejar que la intución o sentimiento te guie.
- Comenzamos de afuera hacia dentro, para buscar tu centro o de adentro hacia afuera para exteriorizar las emociones
- Se recomienda soltar la imaginación, aqui nada debe quedar perfecto.
- Si te da sueño, el mandala esta cumpliendo su efecto, puedes dejar el trabajo así y continuarlo mas tarde.
Al final vamos a obtener un hermoso mandala coloreado con el cual podemos meditar un rato mas al terminar, es una terapia exquisita, yo la disfruto mucho porque me relaja y cultiva mi paciencia.
Les dejo uno para que se animen a colorear, luego publicaré mas.
Suerte ♥
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